El Síndrome de piernas inquietas

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Janok Paniagua de Diego - Neurofisiólogo Clínico

El síndrome de piernas inquietas es un trastorno de origen neurológico, que afecta la salud y a la calidad de vida de quién lo padece, debido a la irresistible necesidad de levantarse mover las piernas para mitigar las molestias que produce, de ahí su nombre.

Los síntomas más definitorios son unas sensaciones molestas y desagradables el interior de las extremidades principalmente las piernas. Estos síntomas se manifiestan durante estado de reposo o inactividad siendo especialmente molestos al final de la tarde o durante la noche y también en situaciones cotidianas sociales o de ocio, generalmente al sentarse.

En la mayor parte de los casos también se producen movimientos incontrolados y periódicos, como sacudidas de intervalos de 20 a 30 segundos durante el sueño, lo que produce interrupciones continúas del mismo.

La causa del síndrome de piernas inquietas se cree que se debe en un trastorno en el sistema dopaminérgico. La dopamina es una sustancia inherente al sistema nervioso, encargada de la regulación del movimiento, esta sustancia depende intrínsicamente de los niveles de hierro y el déficit de los depósitos niveles de ferritina para su correcto funcionamiento.

La evolución del síndrome de piernas inquietas es progresiva, lentamente a lo largo del tiempo, haciéndose más intensa y convirtiéndose en crónica, normalmente comienza afectando únicamente en las extremidades inferiores, pero a medida que se torna más severo termina extendiéndose también a las extremidades superiores.

Generalmente ocasiona trastornos físicos, psicológicos y sociales tales como insomnio, cambios en el estado de ánimo o limitaciones en la realización de actividades sociales normales entre otros muchos. Para un diagnóstico fiable hay que analizar la sangre, analizando principalmente los niveles de hierro y ferritina, hacer una prueba de polisomnografía nocturna o realizar una electromiografía, dependiendo de las características y clínica del paciente.

El tratamiento del síndrome de piernas inquietas se basa en medidas tales como: horarios regulares de sueño, evitar consumo de excitantes, evitar fármacos bloqueadores de la dopamina, antihistamínicos, suplementos vitamínicos y fundamentalmente corregir el déficit de hierro. Por otra parte, se pueden indicar agonistas dopaminérgicos, sedantes, analgésico/opiodes, antiepilépticos.

Cuando el SPI es secundario a déficit de los depósitos de hierro debemos suplementar mediante varios métodos, tal sea la administración intravenosa de hierro (en casos graves) o mediante administración exógena del mismo. Si bien en la población general los niveles de ferritina son normales por encima de 10-12mcg/L, en pacientes con SPI se considera óptimo mantener estos niveles por encima de 50-70 mcg/L.

Atenox®, es un complemento nutricional de hierro, vitaminas y prebiótico con gran capacidad de absorción, destacable biodisponibilidad y excelente tolerancia. Un suplemento diseñado para el tratamiento de las anemias, estados carenciales y situaciones de cansancio o fatiga. El Hierro pirofosfato microencapsulado liposomado que posee, es una fuente de hierro micronizada que mejora su absorción y minimiza interacciones con otros componentes. Mediante esta tecnología la mucosa gastrointestinal queda protegida frente a la acción oxidante del hierro, evitando los malestares comunes que generan este tipo de tratamientos. 

Por ello se considera una opción válida para suplir las carencias de ferritina y por tanto para el tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas por déficit de ferritina en situaciones leves y moderadas.

El Síndrome de piernas inquietas

Paciente con síndrome de piernas inquietas en Centro Médico en La Minilla.
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